Las hermanas Bolena cuenta la historia de Ana y María Bolena: dos hermanas que se disputarán el amor del rey Enrique VIII de Inglaterra. El film, bastante fiel a la historia real, nos habla de las intrigas urdidas en la corte con el fin de hacer ascender socialmente a la familia Bolena: matrimonios de conveniencia, la necesidad de dotar al rey de un heredero varón... Más allá de un film histórico, se podría definir a esta cinta como un estudio psicológico de las dos protagonistas, donde se nos muestra su integridad moral y hasta dónde puede llegar una persona por alcanzar sus metas.
Una de las grandes bazas de esta película fue su envidiable cartel de estrellas: como trío protagonista aparecen Natalie Portman en el papel de Ana Bolena, Scarlett Johansson como María Bolena y Eric Bana interpretando al rey Enrique VIII. Sus interpretaciones son muy destacables, si bien la Portman "se come" a Scarlett Johansson en pantalla cada vez que aparecen juntas: el personaje de María Bolena sufre una evolución psicológica a lo largo del film, y la actriz israelita supo reflejarlo muy bien en su actuación. Es el personaje de Portman quien lleva todo el peso de la película, sin lugar a dudas, pero el supuesto "duelo interpretativo" (que al final no lo fue tanto) entre las dos actrices de moda fue uno de los reclamos del film en su día. Personalmente, soy una fan incondicional de Eric Bana, así que sólo tengo palabras buenas para él; en cualquier caso, nos ofrece una visión más humana del rey inglés, continuamente sometido a sus pasiones.
El encanto de esta película reside en su capacidad para hacer revivir al espectador la Inglaterra del siglo XVI: las localizaciones escogidas para la grabación son castillos ingleses auténticos, lo cual ofrece un aura de realidad a la ficción. Los movimientos de cámara al mostrar los exteriores hacen que el espectadores quede integrado en el paisaje inglés, acercándolo de este modo hacia la historia que le es narrada.
Pero, sobre todo, es el vestuario de los protagonistas el que ofrece la clave del éxito del film: pocas veces un diseño de vestuario refleja tan acertadamente la psicología de los personajes como en este caso, e incluso las dos actrices han afirmado en numerosas entrevistas que sus vestidos les ayudaron a introducirse en sus personajes a la hora de realizar sus interpretaciones. El vestuario estuvo diseñado por Sandy Powell, y se inspira directamente en las pinturas de época, acercando aún más la película a la verdad histórica.
En el transcurso de la historia vemos a las actrices principales lucir vestidos de líneas muy parecidas, pero con detalles que los hacen muy distintos. El elemento más importante para realizar esta diferenciación es el color: los vestidos de la ingenua y delicada María Bolena suelen ser de colores suaves, que no llamen demasiado la atención, mientras que los de la decidida y resuelta María optan por tonos mucho más fuertes y con más personalidad. Otro recurso utilizado en este film es el de reflejar las relaciones personales de los protagonistas mediante los colores: siempre que Ana o María y el rey mantienen una relación estrecha, también los colores de sus ropajes están en consonancia, mientras que cuando Ana cae en desgracia, los tonos de su vestimenta se vuelven más apagados. Quizás es un recurso algo simple pero es muy efectivo, ya que actúa en el subconsciente del espectador.
En resumen, se trata de una buena película que sabe mantener el interés del espectador aún cuando éste ya conoce el final de la historia, con un trío protagonista atractivo que realiza buenas interpretaciones, y con un diseño de vestuario y escenarios que colaboran a recrear una realidad histórica. Os recomiendo que veáis el film (una vez más, si ya lo habeis hecho) fijandoos en los cambios de vestuario de los personajes, ya que os revelarán más de lo que se ve a simple vista sobre ellos mismos. ¡Muy recomendable!
Imágenes de cinemaworldandcomics.blogspot.com
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