Dado que hoy es la Vogue's Fashion Night Out, a la que asistiré muy gustosamente para pasar un buen rato y también para conseguir material para Hispamoda.com, donde colaboro como blogger, he decidido dedicar el día entero al mundo de la moda: la película a analizar hoy es El diablo viste de Prada (David Frankel, 2006).
El Diablo viste de Prada, basada en la novela homónima de Lauren Weisberger, narra la historia de Andrea, una joven recién licenciada que quiere hacerse un sitio en alguna de las editoriales de mayor prestigio de Nueva York. Para ello se marcha a vivir a Manhattan junto con su novio y consigue trabajo como segunda ayudante de la magnate más importante del mundo editorial en materia de moda: Miranda Priestly, directora de la revista Runway. Durante su estancia en las oficinas de Runway Andrea descubrirá los entresijos de un mundo que parece bonito desde fuera, pero entre bambalinas reinan las intrigas, envidias y sacrificios como en cualquier otro lugar.
Tengo que reconocer que me encanta esta película: no es un film de culto, ni ha marcado un punto de inflexión en la Historia del Cine, pero me parece divertidísimo. No se trata de un film para reflexionar ni con una moraleja de esas que te dejan pensando horas después de verlo: simplemente se trata de disfrutar del incesante desfile de prendas de diseñadores de moda y de las geniales actuaciones de los protagonistas.
Meryl Streep borda su papel de Miranda Priestly (dicen las malas lenguas que es un personaje ficticio basado en la muy real Anna Wintour, directora del Vogue norteamericano): el estilo de mujer fría, calculadora y al mando de todo lo que hay a su alrededor le va como anillo al dedo. La interpretación mejora notablemente si veis el film en versión original: el tono de voz de la Streep cuando se dirige a cualquiera de sus empleados, con un marcado desdén y una superioridad absoluta es simplemente genial.
Imagen de vivresansregret.blogspot.com |
Anne Hathaway interpreta el papel de Andrea y, bueno, no me resulta una actuación para recordar. Sí fue la que la lanzó definitivamente al estrellato, pero creo que simplemente está correcta. Sí me gustan mucho las interpretaciones de dos secundarios de lujo del film: Stanley Tucci, que alguna vez he dicho ya que es uno de mis actores favoritos, con una capacidad espeluznante para cambiar de registro, y Emily Blunt, que interpreta a la primera ayudante de Miranda. Es genial ver cómo pierde la paciencia por minutos cada vez que Andrea aparece en escena. Una vez más, mucho mejor en versión original, ya que la actriz es inglesa, y su acento británico genera un marcado contraste con todos los americanos de la película.
A destacar, obviamente, el vestuario del film escogido por Patricia Field, famosa por ser la encargada de vestuario de la serie y las películas de Sexo en Nueva York. Botas de Jimmy Choo, conjuntos de Channel, los famosos pañuelos de Hervé... Todo un derroche de moda y glamour que hará que los más fashionistas pasen un rato inolvidable.
Os dejo el trailer de la película en versión original: que paséis una buena tarde, yo voy a preparar mi outfit para la noche de la moda!
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